16 de mayo de 2019. De Porto a Vilarinho

Cenadores en una quinta. Giao

Tienen costumbres muy europeas los portugueses.  A las siete de la tarde empiezan a cerrar los bares, comen a las 12.30 y cenan a las siete y media de la tarde. Sin embargo, tardan en levantarse.  A las cinco y media cuando empecé a andar por la rúa de Cedofeita solo me crucé con una mujer que iba de retirada.  Rodeada la iglesia de Ramada Alta, un joven, que todavía llevaba un vaso en la mano, tampoco me parecía que acabara de levantarse, de la cama al menos.  Las primeras personas madrugadoras fueron dos mujeres mayores, sobrepasaban los ochenta, y mujeres eran  también la mayoría de las que estaban en las paradas del bus.   El primer hombre que vi empezando la jornada limpiaba un portal al principio de la calle Carvalhido.  Le acababa de hacer una foto a la iglesia con sus azulejos de color azul y me acerqué a preguntarle por la calle.  Es esta, me dijo.

Iglesia do Carvalhido. Porto

Tardé en salir de Oporto, casi dos horas La ciudad no llega a los 300.000 habitantes pero cuenta con un hinterland que eleva la cifra de la población hasta el millón y medio.  Razón por lo que lleva mucho tiempo superar su influencia.

Rua de Cedofeita. Porto

Ayer,  ya le había escuchado a unos italianos que era mejor coger la línea verde del metro para salir de la ciudad.  Yo no quise, uno que fue jugador tiene muy interiorizado lo  de no hacer trampas.  Pero hay que reconocer que las salidas y las entradas en las ciudades suelen hacerse demasiado pesadas.  Además, Llevamos ya unos días en que el camino avanza por asfalto teniendo muy pocos tramos por zonas verdes.  Hoy incluso ha sido exagerado.  Los doce primeros kilómetros fueron por asfalto, los siguientes 14 por carreteras adoquinadas y medio kilómetro por una pista de tierra con los márgenes arbolados y en la que me acompañaron al recorrerla los gritos de unos escolares en el recreo, señal de que no estábamos muy lejos del asfalto.

Así que fue una etapa con pocos atractivos fotográficos salvo al final , en Vairao, un kilómetro antes de llegar a Vilarinho.   Es posible que tuviera algo que ver que recorrí Vairao muy satisfecho.  Nada más entrar en el pueblo me detuve a comer en una casa de comidas en la que compartí comedor con trabajadores del campo y de la construcción, que me transmitieron la extraña sensación de estar en un ambiente muy relajado y respetuoso.  Si no comí muy bien, lo hice con contundencia  y volví al camino   muy animado.   Quizá fue eso, porque a partir de ahí todo me pareció mejor y más bonito.

Adega Monte Crasto (Está bien escrito) Virao.

Dejado el restaurante , tan solo unos centenares de metros después, se encuentra el Centro de Actualizaçao Propedeútica  e de Formación Técnica de Vairao que depende la Universidad de Oporto, ubicado en una antigua quinta.    Siguiendo la carretera adoquinada sin espacio para los peatones, se pasa por delante de una guardería en la que se pueden ver, repartidos por la fachada del edificio y por el jardín, los muñecos de los mayos.  Tambiénn en la alambrada de este centro están prendidas varias prendas de niños y niñas en las que hay escritas, a rotulador, Os dereitos das crianças.

Jardin de infancia. Virao

Y siguiendio en Vairao y en la misma carretera adoquinada y sin arcenes, llegamos al conjunto monumental que forman la capilla de Sao Joao, el monasterio de Vairao y el edificio de la Fregresía de la localidad.

Monasterio de Vairao. Vairao

Cementerio de Vairao.

Ahora estoy en un bar a la entrada de Vilarinho,porque el lugar que he elegido para dormir está aquí al lado.  Es la casa de la familia Vidal, uno de los dos lugares donde se puede dormir en Vilarinho, el otro es el albergue Casa de Laura donde solamente hay 8 plazas en dormitorios compartidos.  Mientras que en la casa de la Familia Vidal hay 7 plazas en tres dormitorios.  Por ahora yo dispongo de una habitación doble para mi solo, a pesar de la insistencia del hombre de la casa que estaba empeñado en que compartiera habitación con una pareja de italianos, le dije que prefería dormir solo y me aconsejó que no lo hiciera, que me iba a salir muy caro; pues con los italianos solo me cobraría 12 euros y que en la cama de la habitación doble tendría que pagarle 24 y con derecho, por su parte, a meterme una persona en la cama de a lado.

Casa de los Vidal. Vilarinho

He tenido que insistir para quedarme solo en mi habitación.  Pude haberle pagado 40 euros y asegurarme que iba a dormir solo.  Pero me parecía un escándalo pagar cuarenta euros por una cama en una habitación familiar y teniendo que compartir el baño con un trio italiano que está en la habitación contigua.  Ayer pagué 40, pero era en Oporto y con cuarto de baño para mi solo.  Y hace dos noches 37 en un hotel de 4 estrellas, en Malaposta.

Cejando Vairao. Camino de Vilarinho.

No digo que el hombre no intente ser amable, pero no le entiendo y creo que él a mi tampoco.   Para colmo me encontró lavando la ropa en su lavadero y se quedó parado mirando mi estilo, me había metido dentro, con la ropa.   Acababa de andar 27 kilómetros, el cuarto de baño estaba ocupado por los de la habitación contigua y, no teniendo otra cosa mejor que hacer, bajé a lavar la ropa y cuando estaba empezando a hacer pensé que a mis pies les vendría bien meterlos un rato en el agua fría del pilón.   Y así me cogió él.   Pues es la primera vez que veo a una persona lavar así la ropa, me dijo sorprendido.   Pues de donde soy, le dije, la lavamos así siempre.   Y estuve a punto de seguir mintiéndole y  contarle lo bien que lo pasábamos en los lavaderos públicos, pero no me dio tiempo.

Entrando en Vilarinho.

La mayoría de los peregrinos que salimos de Lisboa han preferido irse por la costa. De aquellos me parece que solo quedamos la pareja italiana con la que quería que durmiera el señor Vidal, el matrimonio suizo,  Alejandra, la otra italiana, que no sé por dónde va ya, y una chica argentina, con la que había coincidido dos etapas antes de Oporto.   Pero hay gente nueva, los que han decidido empezar su camino en Oporto, como los tres italianos de la habitación de al lado y los que imagino que estarán en el albergue de Casa de Laura y con los que coincidiré en las etapas que vienen.

Naves en Vilar (Vila do Conde)

Ayer y hoy he caminado casi todo el tiempo solo,  sin ver a otros peregrinos.  Por lo tanto con poca gente hablé a lo largo del día.  Las primeras palabras las crucé con un hombre que me vió sentado en una parada de bus, antes de llegar a Mosteiró.  Me había descalzado un pie y lo estaba masajeando.  Vino a preguntarme a donde iba y si tenía pensado ir muy lejos.  Se lo conté y él también me contó que de joven iba andando hasta Vilarinho.  Ahí dormiré yo esta noche. Y le dimos un par de vueltas a la misma cosa hasta que me hube calzado y cargado la mochila.  Después nos despedimos.

Giao (Vila do Conde)

Venta ambulante de pescado. Vairao.

Las otras dos personas con las que hablé, además de las cocineras y del hombre que me sirvió en la casa de comidas donde paré en Vairao, fueron la cantinera del Café Beiracampo y de la pescadera que desde Matosinho viene a venderles pescado fresco a los vecinos de los lugares de Giao do Conde  y Vairao.   A esta última la vi llegar haciendo sonar el claxon de su furgoneta y esperé a que viniera una vecina para hacerle una foto cuando le fuera a mostrar su mercancía.  A la pescadera debió de hacerle gracia mi interés por ella y su negocio  porque quiso que le hiciera una foto a ella mostrando dos –me imagino que buenos- ejemplares.  Ignoro si son sardinas o xurelos.

Y por hoy nada más, que si algo sucede en la casa de la familia Vidal os lo cuento mañana.

Plaza de Carlos Alberto. Porto

Iglesia de Ramada Alta. Porto

esperado el bus. Rua Carvalhido Porto

Rua Carvalhido. Porto

Rua Carvalhido. Porto

Esperado el bus. Maia

Esperando el bus. Maia

Vilar (Vila do Conde)

Vilar (Vila do Conde)

Iglesia de Giao. (Vila do Conde)

Giao (Vila do Conde)

Giao (Vila do Conde)

Giao (Vila do Conde)

Carballeira en la rua da Moura Encantada. Vairao.

Vendiendo pescado. Vairao.

Vairao.

Cocineras de Adega Monte Crasto. Vairao

Jardin de infancia. Vairao

Jardin de Infancia. Vairao.

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