20 de mayo de 2019. De Fontoura a O Porriño

Puente Pedreiras. Pedreira

Qué lejos nos pusieron O Porriño esta mañana.  No me lo esperaba cuando dejé Fontoura sin que el sol hubiera salido todavía.  Las guías lo colocaban a 16 kilómetros de Tui; pero tuve que andar casi cuatro más para alcanzarlo.  Al final lo que iba a ser un largo paseo se convirtió en una jornada agotadora.  No solo por esos tres o cuatro kilómetros de más, que también son importantes, sino porque las nuevas rutas que abrieron no tienen ni un solo lugar de descanso. Lo del avituallamiento es importante, sobre todo para los que caminamos sin comida ni bebida y nos gusta hacer en ayunas los primeros kilómetros.  Esta mañana había una cafetería abierta muy cerquita del puente internacional, de la que pasé pensando en avanzar algo más en la ciudad.  También pasé de largo ante la que estaba abriendo delante de la catedral.  Nos quedaba por atravesar todo Tui y no creí que no hubiera ni un solo lugar donde desayunar a lo largo del camino por la ciudad.

Puente Internacional

Tres kilómetros más tarde, al llegar a la N-550, seguí sin encontrar dónde hacer un descanso.  Me había levantado a las cinco de la mañana, en Fontoura, 15. km antes y todavía no había desayunado.  Fue ahí, en la N-550, cuando un hombre me advirtió que los peregrinos que iban delante se habían equivocado, que no hiciera lo mismo, que siguiera por la carretera nacional.  Aproveché para preguntarle si había algún bar en la dirección en que iba.  Me dijo que no, que en los próximos siete kilómetros no iba a encontrar ninguno.  La alternativa era desviarme doscientos metros, por la misma N-550 pero en dirección Tui.  Me estaba ocurriendo lo del día anterior, me pareció estar reviviendo el Día de la Marmota. Lo hice, seguí los consejos de aquel hombre. En el Bar Muñiz estaba un hombre sentado a la barra comiendo una tapa de callos.  No habían dado las nueve de la mañana, preferí un bocadillo de jamón y se lo pedí a la mujer que atendía el bar.  Al oírme salió la cocinera y se puso a hablar conmigo.  Me sometió a un interrogatorio intensivo sobre mi viaje y me habló de lo caro que estaba Santiago, que a ella le gustaba mucho pero que ahora no se podía ir.  Todo es muy caro y no se puede comer bien en ningún sitio.  Se corrigió un poco al añadir, a un precio razonable.

Valença do Miño

Le dije que tenía que poner un anuncio en el cruce del camino con la nacional, advirtiendo de que el próximo bar está a siete kilómetros.  Y su respuesta me sorprendió:  A siete está, si señor.  Pero el anuncio que lo ponga el ayuntamiento.

Los callos del señor de al lado olían bien y el bocadillo todavía no me lo habían hecho.  Pedí la prueba.  La cocinera estaba orgullosa de su mano en la cocina y le gustó que no me resistiera al olor de sus callos.  También me comí el bocadillo de jamón, pero ya descalzo y sentado en la terraza de delante, en la pequeña explanada que da a la carretera.  Al pedir la cuenta le señalé a la mujer de la barra que no me estaba cobrando los callos.  Miró a la cocina y me dijo que a los callos estaba invitado.

Volví al camino.  Estaba contento de haber atravesado Tui, de haberme detenido un tiempo en su catedral y haber pateado sus empinadas calles del casco antiguo, cruzado el túnel bajo el convento de las clarisas y disfrutado de la casa aportuguesada que está enfrente de la torre del judío, hoy convertido en un hotel con encanto.  Y había caminado por la vía romana, camino antiguo para Iria Flavia y Lucus Augusti, con destinado Astorga ,  y continuación de las que ya había caminado durante los dos últimos días, aunque la de aquí no estaba empedrada y resultaba mucho más cómoda para caminar.

Casa. tui

En el nuevo trecho crucé el Ponte das Febres, donde se dice que enfermó de muerte San Telmo, que es el patrón de Tui.  Cruzado el río San Simón seguí por un bosque  de viejos árboles donde hasta los eucaliptos se hacen hermosos con sus troncos lisos y tan elevados.

Puente das Febres sobre el río S. Simón. Tui

Y para mi sorpresa, antes de entrar en Ribadelouro, tan solo a cuatro kilómetros de donde había desayunado, me encuentro con una bar, que parece recién estrenado, y donde habían recalado unos 20 o 30 peregrinos.  Paso de largo y espero a caminar otros cuatro para detenerme.  Gran error.  No habrá ningún bar hasta llegar a O Porriño unos 12 kilómetros más tarde.

Camino de Ribadelouro y O Porriño

Hay más sorpresas, ya no es necesario caminar por el polígono industrial para entrar en o Porriño, hay ahora abierta una hermosa y emboscada alternativa por el espacio natural de As gándaras, que alarga la caminata un kilómetro y medio más, pero que vale la pena.  Me anima a hacerlo una mujer que reparte publicidad en el cruce en el que dos indicaciones señalan las dos rutas sin mayores explicaciones.

Poltras (piedras laterales que permiten el paso en caminos inundados) en el camino a O Porriño

Más tarde ya, casi a la entrada de O Porriño de nuevo la duda ante dos indicaciones en sentidos opuestos,  me decido por la senda fluvial del río Louro.  Comienza a lloviznar y por temor a que se desate un aguacero apuro el paso creyendo que está más cerca O Porriño.  Pero el camino todavía tiene 3,9 km.

Camino junto al río Louro. O Porriño

Llego a O Porriño con los pies doloridos.  Van a dar las dos, solo he descansado 45 minutos en las 8 horas que ha durado la caminata.  Pero lo primero que hago es buscar un lugar donde comer. Le pregunto a la frutera, que abre su tienda junto a la Plaza Central,  y me recomienda La Cueva, el que hace esquina junto al Ayuntamiento, el edificio de Antonio Palacios, el arquitecto, que era de aquí, de O Porriño.  Como muy bien, un plato de sopa y una castañeta rebozada.  Cojo habitación en el Hotel Parque, que está en la Plaza del Pueblo, me ducho, intento, en vano, dormir una siesta y bajo a la cafetería a escribir estas cosas que servirán, por lo menos, para que no me olviden los detalles de este viaje.

Plaza Central. O Porriño

Palacio Municipal de A. Palacios. O Porriño

Puente sobre el río Louro. Camino a O Porriño

As Gándaras de O Porriño

Camino a O Porriño.

Recuerdo de San Telmo Ponte das febres, sobre el rio S. Simón. Tui

Catedral de Tui

Catedral de Tui

Catedral de Tui

Detalle.Casa Tui

Puente Internacional

Puente Internacional

Puente Internacional

Valença do Miño

Valença do Miño

Camino de Valença do Miño

Albergue Quinta Estrada Romana. Paços

Bar da Igreja esta mañana. Fontoura

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