De Sigüeiro a Santiago. 15 de septiembre de 2019.

Praza do Obradoiro. Santiago de Compostela.

No pegué ojo en el albergue de Casa Mirás.  Por la cabecera de mi cama circulaban ruidos de locura.  A las once de la noche, noche cerrada para un peregrino madrugador, bajé al bar a preguntar por la hora en que echaban el cierre.  ¿Por qué? me preguntaron.  Por el ruido del aire acondicionado, les dije. ¿Se oye mucho? Al poner la cabeza en la almohada es insoportable.  En dos minutos lo apagamos.  Y lo hicieron, pero algún automatismo lo puso en marcha de nuevo a las dos y media de la madrugada.  Me acordé de sus muertos. A las cinco y media estaba tumbado en un sofá del espacio común y una hora más tarde estaba en pie.

Camino Inglés. Saliendo de Sigüeiro.

El camino lo alumbraba una luna llena.  La linterna solo tuve que utilizarla unos trescientos metros oscurecidos bajo los árboles.  Un hombre salió de una cuadra en el lugar de Marante intrigado por el ruido acompasado de mi bastón en el asfalto y un perro me ladró en la primera casa de Cortos cuando ya clareaba.  No había nadie, no hacía frío y se estaba bien en el campo

Camino Inglés. Saliendo de Sigüeiro.

Fui madrugador, sin embargo, a seis o siete kilómetros de Sigüeiro comencé a encontrarme con peregrinos que ya iban delante. ¿A qué hora habrán salido?  Fue después de pasar A Lameira y un poco antes de cruzar el rio Sionlla.  Los fui adelantando cuando el camino iba entre extensos herbales o rodeado de bosques.  Llegué a Formarís después de haber rebasado a dos parejas y a un grupo de seis o siete.   Cada uno lleva su marcha, pero yo acelero subiendo cuestas.  Sufro tanto en ellas que solo quiero recorrerlas cuanto antes. Así que celebré que en esta última etapa casi fueran imperceptibles.

Poco después de cruzar el Sionlla se entra en Formarís en donde comienza una carballeira de carballos jóvenes y muy juntos lo que les ha hecho espigarse y cubrir totalmente el cielo.  Alguien lo bautizó con el nombre de El Bosque Encantado y tuvo la mala ocurrencia de colgar en unos árboles una sábana con el dibujo de una bruja volando sobre una escoba.   Cómo si las meigas volaran.   Pero el camino por este bosque es agradable.

Bosque Encantado, Formarís

Justo antes de entrar en el Bosque hay dos carteles anunciando el Bar do Castro, a doscientos metros del camino, y el Hotel Castro en el mismo camino.  Deseché los dos. Preferí elegir para desayunar el Bar Polígono, para el que me faltaba algo menos de dos kilómetros.  Había leído que estaba a la entrada del Polígono del Tambre y era la parada elegida por muchos peregrinos.  Además, para después del hartazgo del desayuno solo me quedarían 5 kilómetros.  Pero hoy es domingo y el Polígono está cerrado.  Así que caminé hasta bien entrada la ciudad.  Me detuve en el primer bar abierto, muy cerquita de la iglesia de A Pastoriza ya en la Rúa dos Basquiños.

Camino inglés. Saliendo de Sigüeiro.

En la entrada de la ciudad me encontré a una mujer con dos velas en la mano y le pregunté extrañado si iba a la procesión de Los Borrachos.  Nooo, me respondió sonriente, yo voy a la de La Virgen de La Gracia.  ¿Y de dónde sale?  De San Paio de Antealtares.   Ya creí que se habían dejado de celebrar procesiones fuera de temporada, de Semana Santa.  Que la excepción era la de Los Borrachos, la de San Serapio, que sale todos los años y precisamente hoy de la iglesia de Conxo y termina en el antiguo palacio de Ramiranes, en la Rúa Nova, donde el santo duerme hasta el año siguiente.  Esta de Los Borrachos de Conxo nada tiene que que ver con la procesión leonesa en memoria de Genarín, ni con el botellón de Cuenca.  La de Santiago es una procesión que, como esta de La Gracia, se justifica en una devoción genética.   Es costumbre que se ha mantenido generación tras generación hasta ahora, por lo menos,   en que he visto muy pocos niños   Las dos, esta también me pareció, son procesiones de barrio, de gente de lo común que, hasta parece, que la organizan a su manera.  La de hoy la encabezaban un grupo de gaiteiros y no vi que llevaran ni llevaran ni curas ni autoridades.

Proceso de La Gracia en San Roque. Santiago de Compostela

Me crucé con la procesión bajando por Basquiños y después de detenerme a fotografiar la primera imagen que el peregrino tiene de las torres de la catedral emergiendo sobre los tejados de Os Loureiros y San Miguel dos Agros. Subía por San Roque y me detuve a fotografiarla.  No hay el dramatismo de las procesiones de Semana Santa, ni el rigor de las devociones convencionales.  Cualquiera diría que es una pandilla de excepticos que sacan a pasear al santo de sus madres. Las veréis, si gustáis.

Procesión de La Gracia. Santiago de Compostela.

Bajé la Algalia sin enterarme y me detuve en la Plaza de Cervantes cuando dos mujeres de aspecto extranjero, sentadas delante de la fuente, se disponían a iniciar un concierto.  Me quedé un rato y me di cuenta que Santiago, ese Santiago monumental es de los peregrinos. Han, hemos, caminado cien, doscientos… setecientos kilómetros para llegar a Santiago  y Santiago es nuestro, por derecho y porque no hay más que peregrinos en las calles.

Plaza de Cervantes. Santiago de Compostela

“Ya has llegado”, me gritaba una mujer exultante al verme entrar en la Plaza do Obradoiro.   “Ya has llegado” repetía animándome a que celebrara el haber alcanzado el destino.  Hasta ayer mismo pensaba que al llegar a la entrada de la ciudad me desviaría directamente al lugar donde había dejado aparcado mi coche y correría a mi casa a darme una ducha.  Pero esta mañana cambié de idea.  Me pareció que debería de alcanzar el final,  por completar el camino y porque podría conseguir una foto emocionante de los peregrinos en la Plaza.  Pero ya en el Obradoiro, cuando a penas me había distanciado una veintena de metros del arco del Palacio de Gelmirez, el recibimiento de aquella mujer tan alegre y satisfecha hicieron que yo también me emocionara

Praza do Obradoiro. Santiago de Compostela.

Me sentí ridículo por emocionarme por entrar en un lugar que estaba a tan solo un centenar de metros de la calle donde llevamos viviendo más de trescientos años.  Pero me emocioné.  Todo aquello que había leído sobre aquellas peregrinaciones llegadas por mar a los puertos de Galicia, que apenas había recordado durante algún momento en el camino, se precipitaron con esa bienvenida hasta embriagarme.   De repente yo era un peregrino británico que había subido a bordo en Sandwich, en Winchelsea, en Bristol, o allí donde hubiera un barco dispuesto a llevarme a la tumba de Saint James in Spain.  Un peregrino al que el corazón le había empezado a temblar nada más poner el pie en la cubierta de la nave.  Allí, hacinado como mercancía, no pensaba en reir, no.  Ni siquiera cuando escuchaba cantar “Lleva rápida la canoa marinero, para que nuestros peregrinos se diviertan un poco, ya que algunos gemirán antes de que sea medianoche.”

Praza do Obradoiro. Santiago de Compostela.

En ese instante en que la mujer me saludó entusiasmada me sentí un peregrino como lo fue  Andrew Boorde,  que, a mediados del s.XVI,  al fin había alcanzado la tumba de Saint James después “de encontrar más que peligros tremendos, penalidades sin fin, frío, hambre, ladrones y gente de mal vivir” y me emocioné ante la fachada de la catedral. Bueno, todo muy comedidamente  pues, al fin y al cabo, no pasé peligros tremendos, ni frio, ni hambre ni me crucé con ladrones ni gente de mal vivir y ni siquiera yo buscaba tras este viaje el perdón de mis pecados.  Pero aquel saludo emocionado de bienvenida: “Has llegado!” había logrado conmoverme. Y también, como en las otras veces, me sentí feliz como me parecieron casi todos los que, como yo, habían caminado cien, doscientos, setecientos kilómetros para estar en esta plaza hoy, en la mitad de septiembre cuando el sol alcanzaba el mediodía.

La felicidad de la llegada. Plaza do Obradoiro. Santiago

Praza do Obradoiro. Santiago de Compostela.

Praza do Obradoiro. Santiago de Compostela.

Praza do Obradoiro. Santiago de Compostela.

Praza do Obradoiro. Santiago de Compostela.

Praza de Cervantes. Santiago de Compostela

Praza de Cervantes. Santiago de Compostela.

Praza do Cervantes. Santiago de Compostela.

Praza de Cervantes. Santiago de Compostela.

Praza de Cervantes. Santiago de Compostela.

Praza de Cervantes. Santiago de Compostela.

Praza de Cervantes. Santiago de Compostela.

ocesión de La Gracia. Santiago de Compostela.

ocesión de La Gracia. Santiago de Compostela.

Primera visión de la Catedral en el Camino inglés. Santiago de Compostela

Iglesia de a Pastoriza. Santiago de Compostela.

Bar el Polígono. Polígono do Tambre. Santiago de Compostela

Camino Inglés. De Sigúeiro a Santiago.

Camino Inglés. De Sigúeiro a Santiago.

Camino Inglés. De Sigúeiro a Santiago.

Camino Inglés. De Sigúeiro a Santiago.

Camino Inglés. De Sigúeiro a Santiago.

Camino Inglés. De Sigúeiro a Santiago.

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