Poco a poco la Ribeira Sacra, una de las comarcas íntimas de Galicia, se abre al potencial turístico de la zona. Esta semana se inauguraron veinte miradores ubicados en puntos altos donde se puede apreciar la sigularidad del terreno, la profundidad de los cañones, el color cambiante y suave de las laderas o el lecho del río, reposado y brillante. Los miradores se reparten entre Lugo y Ourense. Ambas provincias comparten frontera a lo largo de la comarca. En el lado lucense, encontramos balcones en Sober y Monforte. Algunos de los miradores ya existían, pero se encontraban en mal estado debido al abandono y al vandalismo, mientras que otros son de nueva construcción.
En total, el consorcio turístico de la Ribeira Sacra, ente que dispuso estas galerías, ha empleado 92.000 euros en el debido acondicionamiento de estos miradores. El presidente del consorcio Juan Carlos Armesto, primer teniente de alcalde de O Saviñao, explicó que todos estos puntos de observación cuentan con barandillas de seguridad, paneles informativos en los que se desglosan datos sobre el terreno y fauna del entorno para ofrecer al visitante la mayor información posible.