Mari Boine llega desde Laponia, donde nació en 1956 y donde lucha por conservar la cultura, la lengua y la música del pueblo sami. El canto tradicional de este pueblo, el yoik, es la base de la que parte a cantante para construir un repertorio en el que el folclore de su país se mezcla con arreglos jazz y rock. Esos sonidos los mimbres de una carrera que se desparrama a lo largo de nueve álbumes en 25 años de carrera, dedicada a proyectar internacionalmente una de las expresiones musicales más singulares del mundo.
Mari Boine nació en el seno de una familia de pescadores muy devota. Allí conoció los salmos cantados por los sami y los perjuicios religiosos sobre la música. Creció sintiendo vergüenza de sus raíces, lo que más tarde superaría y denunciaría con su música. Tras su participación en los festivales Womad, publicó Gula Gula en 1990, lo que le abriría las puertas del mercado internacional. Aparte de su propia discografía, colaboró con el gran músico de jazz Jan Garbarek en el disco Twelve Moon y participó en las grabaciones de otros artistas noruegos, además de componer música para obras de teatro, exposiciones de arte y la película The Kautokeino Rebellion.
En su último disco de estudio, Sterna Paradisea, se rodeó de un grupo fantástico de músicos noruegos y africanos. El resultado es una música telúrica que nos acerca a los paisajes helados de Escandinavia atravesadas por sonoridades urbanas.
Datos de interés
12 de febrero a las 21.00 horas
Auditorio de Galicia. Santiago de Compostela
Entrada: 15 euros / Menores de 25 años y personas jubiladas: 7,50 euros.