La Torre de Hércules cumplió el lunes dos años como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En aquel momento obtuvo un gran apoyo pero ahora la Unesco advierte en su último informe de la presión urbanística sobre el entorno de la Torre y alerta de que el órgano gestor del organismo ha de tener una descripción más detallada del mandato, composición y actividades, además de la promoción, que no es la esperada.
Aunque el segundo aniversario llega sin soluciones a muchos de los problemas que han surgido durante este tiempo, se han preparado actos festivos para la celebración. Se iluminará de un color distinto las siete noches de esta semana, a partir de las 00.00 horas. Azul, verde claro, rosa, violeta, naranja, verde oscuro y azul serán los colores elegidos para “teñir” de color la Torre. Los actos se han limitado a la iluminación de la Torre y al ‘Canticórum’ de la Polifónica Coruñesa celebrado en el teatro Colón, así como la pasarela de moda Torre de Hércules en el teatro Rosalía, ambos organizados por el Instituto Torre de Hércules.
Problemas en su gestión
El director del Instituto Torre de Hércules, el órgano que más impulsó la carrera del monumento hacia su distinción, recuerda que la Unesco dio de plazo hasta febrero de 2012 para rebajar el impacto humano y urbanístico sobre el bien y regularla como cualquier parque natural.
La urbanización del Agra de San Amaro, un proyecto de 1998 para construir más de 300 viviendas en las proximidades urbanizables del faro, fue paralizado por la Xunta en enero pasado. Sus promotores pretenden llegar a un acuerdo ahora con el actual gobierno local para darle uso a los terrenos. Tratan de presentar un proyecto para demostrar la viabilidad de estas construcciones limitando su altura y así la agresión paisajística. El alcalde Carlos Negreira no se ha negado a estudiar esta alternativa, pero siempre que respete el faro.
Sobre su conservación física, y a pesar de que desde el 2009 se han invertido más de tres millones de euros en la ejecución de las recomendaciones patrimoniales, la Unesco también da la voz de alarma por los niveles de humedad.