La Festa do Pan de Neda cumplirá el 1 de septiembre sus bodas de plata y la celebración será doble, ya que además se estrenará como Festa de Galicia de Interese Turístico. Por eso para esta edición se ha preparado una amplia agenda de actividades, también para los días previos.
Como es tradición, la Festa do Pan se celebra el primer domingo del mes de septiembre en el entorno del paso marítimo de Xuvia, con animación musical durante todo el día y numerosas actividades culturales y gastronómicas.
La programación incluye desde conciertos hasta talleres de elaboración del pan para niños y mayores, rutas por los molinos primigenios y origen de la actual industria panadera o incluso degustaciones a través de los pinchos que elaborarán los negocios hosteleros de la real villa.
Las panaderías iniciarán la venta de pan, empanadas o repostería a partir de las 10.00 horas. Instalarán sus puestos Panadería O Carrizo; José Castro; Pazca Castro Romero; Santa Rita; La Gallega y, como industria colaboradora, Roberto González.
Por segundo año consecutivo, el Ayuntamiento, en colaboración con los negocios hosteleros de la real villa, reeditará el Concurso de Pinchos “Mejor … con Pan de Neda”. Vecinos y visitantes podrán realizar entre el 15 y el 25 de agosto una ruta por diferentes establecimientos en los que degustar originales pinchos en los que uno de los sus ingredientes será, necesariamente, el pan.
Mientras el 1 de septiembre tendrá lugar la tradicional comida popular que contará con un menú que incluirá empanada, arroz con pollo, churrasco, bola de Neda y café, además de bebidas y el tradicional pan de la villa. El precio de la comida es de 12 euros, y las entradas se pueden adquirir de forma anticipada tanto en las oficinas municipales en horario de mañana.
Tradición panadera en Neda
El origen de la tradición panadera de Neda se remonta a la Edad Media, cuando nacen importantes industrias, como los molinos de trigo, en torno al río Belelle, a su paso por la localidad, donde forma el Salto de la Cascada. Reseñó que la calidad de sus aguas dan como resultado un pan sin comparación y que incluso Felipe II, ya en 1558, elige a la villa para el asentamiento de las llamadas Casas Reales, fábricas de bizcochos y hornos de provisión con destino a las Armadas de los Reyes de España. Una calidad que nace de las mejores aguas del país para la elaboración de pan, tal y como posteriormente corroboraron estudios científicos. Y una calidad que se mantiene hasta nuestros días, añadió el alcalde.
