La Cova de Eirós, situada en la localidad lucense de Triacastela, se ha convertido este verano en una fuente de pistas para el grupo de los arqueólogos de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) que lleva trabajando allí desde el pasado 10 de agosto. Los investigadores compostelanos, dirigidos por Arturo de Lombera, han encontrado más piezas este año que en las catas realizadas en 2009. Los objetos desenterrados permiten estudiar y comparar los niveles del Paleolítico Medio y los principios del Paleolítico Superior, es decir, al neandertal y a los actuales humanos.
El grupo concedió importancia al yacimiento por la cantidad y diversidad de restos encontrados. En los once metros colindantes en los que se desarrollan las catas, los investigadores han encontrado restos de herramientas y animales. Estos restos apenas se encuentran en yacimientos al aire libre ya que la acidez del terreno prácticamente destruye los restos enterrados en ella. Ahora el grupo de investigación utilizará los restos encontrados para estudiar y reconstruir el tipo de clima, fauna y vegetación que existía en aquella época y lugar.