La conselleira do Mar, Rosa Quintana, ha mantenido hoy una reunión con el sector bateeiro, para informarlo de que los pasos que está tomando la administración autonómica contra el cambio en la Unión Europea del método de detección y los niveles de biotoxinas en los moluscos. A propuesta de la comisión europea, el marisco extraído tendrá que pasar controles de calidad cuyo umbral de calidad mínimo para el consumo es demasiado alto. Según profesionales del sector consultados por Berenguela, “estos controles acabarían con la comercialización del marisco, y en especial de los mejillones de Galicia. Es un umbral irreal”.
En declaraciones a los medios tras este encuentro, Quintana comentó que tanto su departamento como la Consellería de Sanidade han remitido a la UE un informe en el que acreditan que “tanto el método en vigor como los niveles son suficientes para mantenerse sin problemas la salud del consumidor”.
En este sentido, la conselleira insistió en que estos métodos y valores vigentes “llevan funcionando más de cincuenta años, en los que no se han dado casos de intoxicación en ningún consumidor, siempre que consumiese este producto por los cauces legales”.
Quintana subrayó que “no entendemos estas prisas de la UE por cambiar un método validado por otro que aún no lo está; es la primera vez”. De hecho, ya se han presentado dos iniciativas legislativas al respecto en la Cámara europea.
La conselleira opina que este cambio normativo afectará profundamente a la actividad extractiva de mejillón, dificultando la rentabilidad de las explotaciones. De este modo, Quintana afirma que “nuestra capacidad de producción se vería muy limitada, se incrementarían muchísimo los días de cierre, en algún caso hasta el 200 por ciento; los niveles de control serían mucho más costosos, y habría terceros países que no se verán obligados a este cambio de método”.
Gestiones en todos los frentes
La Xunta de Galicia está agotando todas las opciones a su alcance para “bloquear” está decisión en la Unión Europea, tal y como señaló la conselleira do Mar. Así, la propia Quintana le pidió la pasada semana al comisario de Asuntos Pesqueros y Política Marítima, Joe Borg, que “tuviese sensibilidad con este tema y que se lo trasmitiese a la Sanco”, la Dirección General de Protección de la Salud y los Consumidores de la Unión Europea.
En esta línea, la responsable autonómica ha anunciado que presentará una queja para que se incremente el nivel de reuniones con Sanco, “muy bajo” hasta el momento, según señala.
Además, desde la Xunta ya han trasmitido al Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino y al de Sanidad y Política Social su posición. Por otro lado, están pidiendo su apoyo a varios laboratorios de control de otros países europeos, como Portugal, Croacia, Italia y Grecia; e incluso a terceros países con intereses comerciales comunes con Galicia como Perú, Chile o Filipinas.
Producto de las “zonas C”
Otra de las peticiones de la Conselleira do Mar al comisario Borg ha sido una moratoria para poder vender moluscos frescos procedentes de las denominadas ‘Zonas C’, las consideradas más contaminadas por los organismos europeos.
Según Quintana, la Xunta de Galicia está en condiciones de acreditar que los productos gallegos que salgan de estas zonas y pasen por sus instalaciones depuradoras, únicas en Europa, estén en “perfecto estado”, sin suponer ningún peligro para los consumidores.
La conselleira considera muy importante para la comunidad conseguir esta moratoria, ya que se pueda volver a trabajar en estos lugares, aumentando así la producción y haciendo posible que se incorpore nuevos trabajadores al sector.