El desvanecimiento del “milagro del tigre celta” puede afectar a empresas muy conocidas. La ridícula tasa del impuesto de sucesiones en Eire –un 12,5% cuando lo habitual es un 35%– atrajo a muchas multinacionales a establecerse allí. Y favoreció el modelo de negocio de Ryanair, de maximizar todo lo posible los beneficios, a veces rayando lo cómico.
Ahora, con un modelo bancario desregulado y con los sucesivos gobiernos irlandeses señalados como culpables por omisión –la ausencia de impuestos o control sobre el sector bancario y financiero provocó la caída del país—llega un rescate europeo por valor de 100.000 millones de euros. Y habrá que devolverlos, ya se sabe cómo: subiendo impuestos. Se acabó la época de tributos bajos.
Una eventual subida de impuestos en Irlanda afectará tanto al ciudadano de a pie (la llegada de turistas irlandeses a España ha caído un 20% de enero a octubre) como a empresas que allí tienen su sede, como es el caso de la aerolínea Ryanair.
La aerolínea irlandesa logró unos beneficios netos de 319 millones de euros entre marzo de 2009 y 2010, en plena recesión.
El gobierno irlandés dijo ayer que no quiere subir dicho impuesto de sociedades, pero también había declarado días atrás que no necesitaría el rescate de la UE y finalmente ha tenido que claudicar.
“Desafortunadamente para los ciudadanos irlandeses, los aumentos de impuestos formarán muy probablemente parte del esfuerzo de consolidación”, ha resaltado el ejecutivo comunitario.