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De Golegá a Tomar. 7 de mayo de 2019.

by labsgrup_pablo

Tomar

Tomar

Peregrino poniéndose la ropa de agua. camino de Tomar

Peregrino poniéndose la ropa de agua. camino de Tomar

El albergue en que me hospedé en Golegá, estaba muy bien.  Los hospitaleros  invisibles, como debe ser.  No hay nada más molesto que el que se hace notar.  Libertad de movimiento por una hermosa casa con jardín en el centro de Golegá.

Noche corta.   Compartí habitación con dos conocidos, el catalán y el canadiense, con los que llevo compartiendo albergue desde el primer día, y con un alemán que no había visto hasta ahora y con el que no me he cruzado nada más que un par de saludos.

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Saliendo de Golegá.

Ocupábamos una pequeña casita en el jardín, cuyo espacio se dividía en dos habitaciones, un cuarto de baño y una sala-cocina.  Solo estábamos los cuatro que ocupábamos una habitación con tres literas dobles.  El catalán al que le tocó una cama de arriba se fue a dormir al sillón de la sala. El alemán nos madrugó.  Se levantó a las 4.15 y estuvo dando vueltas encendiendo y apagando pequeñas luces hasta que decidimos todos, a las cuatro y media levantarnos.  De todas formas nos complicamos la vida y solo el alemán salió a las 4.45.  El catalán y yo lo hicimos a las 5.45  y no llegamos a Tomar hasta las 14.00, 8 horas y 15 minutos más tarde.

Bosque de alcornoques. camino de Tomar

Bosque de alcornoques. camino de Tomar

La jornada tuvo una salida suave y una quinta impresionante.  Las quintas son esas explotaciones agrarias de grandes dimensiones que suelen contar con una expléndida vivienda de los propietarios y algunas edificaciones menores para la maquinaria, los animales y los trabajadores.  La de hoy, la Quinta da Cardiga, me ha dejado impresionado  por el lugar elegido para edificarla, por sus dimensiones y por la belleza palaciega de la vivienda principal.  Lástima que lloviera y que no pudiera fotografiarla debidamente.  Bueno, incluso con sol, no creo que fuera capaz de transmitiros lo monumental que realmente es.

Quinta da Cardiga

Quinta da Cardiga

Quinta da Cardiga

Quinta da Cardiga

Etapa de breves pero pronunciadas subidas y bajadas y con tan solo dos localidades con bares en que pararse a lo largo de los 31 kilómetros.  La primera parada la hicimos a los 10,9 kilómetros en la localidad de Atalaia.  De la localidad solo conocimos unas calles de casas aisladas y un bar cutre en el que la mayoría de los que nos detuvimos comimos un queso, de esos redondos e individuales, con pan.

Los pueblos portugueses tienen unos precios muy bajos para nosotros. Un queso con un bollo de pan, una botella de agua y una coca cola,3,60 €.

Un alto en el camino. Atalaia

Un alto en el camino. Atalaia

En este bar nos encontramos con la pareja de franceses, la pareja de vascos, el canadiense que apareció acompañado de una peregrina también canadiense, el bombero catalán y yo.   Conversación de circunstancias hasta que el catalán pudo vengarse de la afrenta que unas canadienses le habían hecho durante la cena de la noche anterior en la que estábamos además los que ahora desayunábamos juntos.

Camino de Tomar

Camino de Tomar

Las canadienses viendo los esfuerzos que el catalán hacía por darse a entender en inglés y molestándoles el tener que prestarle demasiada atención, le interrumpieron y le dijeron que era muy importante saber inglés para comunicarse.  El catalán solo fue capaz de decirles que él se expresaba mejor en francés porque es lo que se estudiaba en España en su tiempo de colegial.   Pero esta mañana, desayunando, el canadiense se interesó por la página de gronze, donde se detalla con minuciosidad cada kilómetro del camino, preguntó si no lo había en inglés, a lo que el catalán aprovechó para decirle, que no, pero que era muy importante saber español para andar por el mundo.  Los que más celebraron la gracia fueron los franceses, aunque reir nos reimos todos, incluido el canadiense que aceptó divertido la respuesta del catalán. Estaba claro que todos habíamos tomado nota de la impertinencia de las canadienses durante la cena de la noche anterior.

Camino de Tomar

Camino de Tomar

La segunda parada la hicimos en Asseiceira.  Llegamos cansados después los 11 kilómetros desde la parada anterior.  Habíamos subido y bajados dos montes en los que los eucaliptos desplazaron a los alcornoques.  Una pena.  Las plantaciones rectilíneas de eucaliptos sin espacio para que cada árbol despliegue sus ramas y crezca en toda su amplitud, me resultan horrorosas.  Me parece la naturaleza reprimida.  Me recuerdan a aquellas jaulas en que se encerraban a las gallinas ponedoras que eran tan reducidas que lo único que podían hacer las gallinas eran acostarse y levantarse.  Eso ha cambiado.  El movimiento animalista nos parece ridículo.  Sin embargo, se van infiltrando en nuestro comportamiento  sus propuestas.  Algún día acabaremos aceptando que se prohíban las plantaciones en que se reprimen a los árboles.

Camino de Tomar.

Camino de Tomar.

Ya hay un movimiento japonés, que en Cataluña siguen un grupo de personas, entre las que se encuentra el neurólogo Secundino López, o fillo do médico do Castiñeiriño, que han constituido una asociación que se dedica a alquilar bosques centenarios simplemente para conservarlos, para evitar que se talen y convertirlos en lugares de descanso y bienestar.  Decía no hace mucho La Vanguardia que profesionales del Instituto de Asistencia Sanitaria y del Hospital Josep Trueta, coordinados por el neurólogo Secundino López, con la colaboración de la Universidad de Girona, ha demostrado que los paseos por bosques con árboles centenarios mejoran el dolor y combaten el insomnio en pacientes con fibromialgia.

Pues en esto andaba yo por los montes  que llevan a Asseiceira con la intención de entretener mi cabeza para que no le hiciera caso a las protestas de mis pies, de mi espalda, de mis piernas…  del cuerpo en general

Camino de Tomar

Camino de Tomar

En Asseiceira hicimos la última parada después de 9 kilómetros por los montes, y carreteras.  Acertamos rechazando el primer bar que nos salió al camino porque pensamos que nos iba a dar pereza tener que atravesar el pueblo, cuesta arriba, al ponernos en marcha de nuevo.   Acertamos,  porque el  bar que elegimos, el que estaba en lo alto, era amplio y luminoso y tenía una tarta de limón que fue muy celebrada.

Dejamos Asseiceira, ese pueblo rural de dos bares, un pequeño supermercado, una ferretería y dos iglesias, aunque una de ellas no es más que unas ruinas mantenidas en pie en homenaje a los fallecidos de ambos bandos en la guerra civil entre liberales y absolutistas en el s. XIX.  Lo que nos falta aún, pensé al verla.  Allí cogimos fuerzas para acometer los últimos 11 kilómetros que no iban a traer hasta Tomar.  En donde entramos agotados y bajo una molesta lluvia.

Asseiceira

Asseiceira

Tomar es la ciudad, no sé si será mucho decir, en que desplegaron todo su poder los Templarios.  Aquí se encuentra su castillo, una de las mayores edificaciones militares del siglo XII en Portugal, y aquí está enterrado uno de sus personajes casi míticos, Gualdim Pais que reconstruyó en 1160  la Iglesia de Santa María do Olival que se convirtió en el panteón de los templarios.  Y los templarios y su reutilización, por el rey de Portugal, tras la orden papal de abolirlos, tuvieron grandes consecuencias en el desarrollo de Portugal como imperio.  Pero contarlo sería liarla mucho.

Entrando en Tomar

Entrando en Tomar

Cuando visité por primera vez Tomar, hace unos años, me había quedado impresionado por el Castillo y el templo de Cristo y por la  Ventana do Capítulo, que es la obra más asombrosa de arte manuelino de todo Portugal.  Es decir, del Mundo -para ponernos a tono-  Pero además, en aquel viaje había disfrutado de un día espléndido paseando sus calles y su jardín junto al rio, , visitando la sinagoga y la iglesia de Santa María de Olival que fue construida por el mismo que levantó Los Jerónimos en Lisboa.  Ah! y cenando un pescado delicioso junto a M y M.  Pero de todo eso no os voy a mostrar ni una foto, creo, como tampoco voy a ser capaz de localizar aquel restaurante.  Me faltan fuerzas, pues las pocas que tenía tras la etapa las he gastado en escribir estas palabras. Pliego, que quiero llegar a la cama

Entrando en Tomar

Entrando en Tomar

Tomar

Tomar

Tomar

Tomar

Tomar

Tomar

Camino de Tomar

Camino de Tomar

Camino de Tomar

Camino de Tomar

Camino de Tomar

Camino de Tomar

Camino de Tomar

Camino de Tomar

Asseiceira

Asseiceira

Quinta da Cardiga

Quinta da Cardiga

Quinta da Cardiga

Quinta da Cardiga

Quinta da Cardiga

Quinta da Cardiga

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