La tradición política occidental atribuye el nacimiento de la democracia a las polis griegas y del parlamentarismo –una forma más sofisticada de la misma—al grupo de nobles ingleses que hizo firmar al rey Juan Sin Tierra una carta magna en 1215. Aunque ahora, el Ministerio de Cultura quiere reivindicar la figura del rey Alfonso IX presentando ante la Unesco la documentación necesaria para que los curiales de las Cortes de León de Alfonso IX sean declarados Memoria de la Humanidad.
Estas Cortes datan de 1188, cuando el rey Alfonso IX elaboró por propia iniciativa –en contraposición a los nobles ingleses que forzaron a su monarca—el germen de la moderna organización parlamentaria.
Según recoge el Diario de León, el corpus documental de las Cortes de Alfonso IX -disperso por las catedrales de Lugo, Ourense, Astorga, León, la Real Academia de la Historia y la Biblioteca Nacional- es el testimonio más antiguo de la tradición institucional parlamentaria en Europa.
Supone la prueba de la elaboración de leyes de interés general en un órgano colegiado compuesto por el rey, los nobles, la Iglesia y, por primera vez, la participación de los representantes de las ciudades, es decir, de los principales municipios del Reino de León (territorios de León, Galicia, Asturias, Portugal).